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26/5/08

MAYO


Día del Trabajo


Durante muchos siglos, los trabajadores de todo el mundo fueron explotados por sus patrones y obligados a trabajar grandes jornadas a cambio de pésimos salarios. No tenían derechos ni seguridad y mucho menos leyes laborales. Cansados por esta situación, empezaron a exigir que la jornada de trabajo fuera de 8 horas y que tuvieran mejores condiciones de trabajo, pero los que se atrevían a reclamar eran despedidos, encarcelados y hasta asesinados.
En noviembre de 1884, varios trabajadores norteamericanos celebraron en Chicago un congreso en el que acordaron que a partir del 1º de mayo de 1886 los patrones respetarían la jornada de 8 horas y si no cumplían, los trabajadores se irían a la huelga.
Esta iniciativa, que fue apoyada más tarde mediante la Ley Ingersoll expedida por Andrew Johnson, quien era el Presidente de los Estados Unidos, no se cumplió y las organizaciones laborales y sindicales se movilizaron y realizaron más de 5 mil huelgas, con lo que el país más productivo del mundo quedó paralizado.
Las huelgas fueron reprimidas violentamente y durante una manifestación en Chicago, varias personas murieron al explotar una bomba y muchos manifestantes fueron aprehendidos y ahorcados. A estos trabajadores se les conoce como los mártires de Chicago.
Años más tarde, en 1889, se realizó en París un Congreso Internacional con representantes de los trabajadores de varios países europeos y decidieron crear la "Segunda Internacional", una organización que pedía el establecimiento de leyes laborales favorables a la clase obrera.
Al mismo tiempo, la delegación francesa presentó una iniciativa para que se recordara a los trabajadores muertos en la lucha por sus derechos. El Congreso aprobó la iniciativa y estableció que cada primero de mayo, las agrupaciones laborales efectuarían manifestaciones públicas y exigirían mejoras en sus condiciones de vida.
Durante el siglo XX los trabajadores de todo el mundo siguieron luchando, hasta que sus derechos fueron plasmados en leyes laborales que establecen las condiciones de los contratos y que incluyen las jornadas de trabajo, los salarios, las prestaciones, o sea el derecho a vacaciones, aguinaldos, servicios médicos, seguridad e higiene.
En México, también se realizaron movimientos obreros y huelgas, como las de Cananea y Río Blanco, realizadas durante el gobierno de Porfirio Díaz en 1906, que fueron reprimidas con el fusilamiento de sus líderes.
En 1913, la organización de trabajadores de la Casa del Obrero Mundial, realizó el primer desfile obrero en la capital del país. La enorme manifestación, con cerca de 25 mil trabajadores y artesanos marchó por las principales calles del centro de la ciudad y después se trasladó a la Cámara de Diputados para demandar una jornada máxima de trabajo de ocho horas, indemnizaciones por accidentes laborales y el reconocimiento por parte de los patrones de sus organizaciones y dirigentes.
El gobierno de Victoriano Huerta se preocupó por el aumento de las protestas y manifestaciones que siguieron a ese desfile y mandó encarcelar a varios dirigentes de la Casa del Obrero Mundial, lo que provocó un mayor crecimiento de organizaciones de trabajadores y al año siguiente, el primero de mayo de 1914, se conmemoró con la fundación de la Confederación de Sindicatos del Distrito Federal.
La organización de los trabajadores mexicanos recibió un gran apoyo al promulgarse la Constitución Política de 1917, porque además de las garantías individuales y las garantías sociales, introdujo el artículo 123, relativo al trabajo y a la previsión social y se sentaron las bases para el establecimiento de mejores condiciones de vida para los obreros y sus familias, se reconoció el derecho de huelga y el de formar organizaciones para la defensa de sus intereses.
En 1918, se fundó la Confederación Regional Obrera Mexicana (CROM) y el primero de mayo de 1919, fueron organizados por primera vez los actos conmemorativos de los Mártires de Chicago, actos que terminaron con el encarcelamiento de sus líderes.
En 1923, durante la presidencia del general Alvaro Obregón, la conmemoración del primero de mayo se instituyó como una fiesta de la clase obrera y a partir de 1925 el desfile tuvo como testigo de honor al presidente Plutarco Elías Calles.
A partir de entonces, el primero de mayo se conmemora con actos organizados por los sindicatos y confederaciones de trabajadores, en todas las ciudades del país. Es día de descanso obligatorio de acuerdo con la Ley Federal del Trabajo y en algunos estados, los obreros desfilan por las principales calles de diferentes ciudades portando mantas y pancartas con sus demandas.



En la ciudad de México nace el escritor Carlos Monsiváis


Es sin duda alguna uno de los más críticos entre los escritores y periodistas contemporáneos mexicanos, que con aguda visión desglosan el acontecer político y social para dar su justa dimensión a los sucesos.
Nacido en la ciudad de México, Distrito Federal, el 4 de mayo de 1938, realizó sus estudios de Economía en la Escuela Nacional de Economía, entre 1955 y 1958; y de Filosofía y Letras, entre 1955 y 1960, en la Universidad Nacional Autónoma de México.
Asimismo, recibió beca del Centro Mexicano de Escritores en el período 1962-1963 y del Centro de Estudios Internacionales de la Universidad de Harvard en 1965.
Ha desarrollado una interesante faceta de crítico de cine y la elaboración de guiones para programas de radio. En Radio UNAM, por ejemplo, hizo el programa El cine y la crítica, el cual estuvo al aire por más de diez años. También en esa institución universitaria, dirigió la colección de discos Voz Viva de México.
A finales de la década de los cincuentas estuvo como secretario en la redacción en las revistas Medio Siglo (de 1956 a 1958) y Estaciones (de 1957 a 1959). Con la visión siempre puesta en el acontecer histórico mexicano, en todos sus ámbitos, durante la segunda mitad de la década de los sesentas llegó a ser reconocido como un brillante cronista de la sociedad mexicana; crítico, lo mismo en su conceptualización del México de todos los tiempos, como su postura en lo referente a cuestiones de tipo político.
Entre los trabajos realizados por Carlos Monsiváis, destacan sus colaboraciones para los periódicos Novedades (1955 - 1961), El Día (1963 - 1973), Excélsior (1973 - 1976); lo mismo que para las revistas Eros (1975 - 1976), Personas (1975 - 1978), Diva y Vogue. Fue colaborador y cofundador de publicaciones tales como Proceso, Uno Más Uno, Nexos y La Jornada, así como del suplemento Cultura en México de la revista ¡Siempre!, del cual fue además director entre 1972 y 1987.
Ha escrito ensayos como En torno a la cultura nacional (1976) y De la santa doctrina al espíritu público. Sobre las funciones de la crónica en México (1987). Es coautor de El desafío mexicano (1982) y México 1983. A mitad del túnel (1983); es autor de la selección y el prólogo de las antologías La poesía mexicana del siglo XX (1966), Los narradores ante el público (1969), A ustedes les consta (1980) y Jorge Cuesta (1986), así como de su autobiografía Carlos Monsiváis (1966), de cuentos como Nuevo catecismo para indios remisos (1982) de crónicas como Principados y potestades (1969), Días de guardar (1971), Amor perdido (1976), Entrada libre. Crónicas de la sociedad que se organiza (1987) y Escenas de pudor y liviandad (1988).
Su trabajo le ha retribuido reconocimientos como el Premio Nacional de Periodismo (en 1977; el Jorge Cuesta, en 1986; el Manuel Buendía, en 1988; y el Mazatlán de Literatura en 1989.

BATALLA DE PUEBLA
Laurencez creía fácil vencer al ejercito mexicano, por lo que, sin previa declaración de guerra y sin tomar las precauciones necesarias, ordenó el asalto a los fuertes de Loreto y Guadalupe, que defendían la ciudad de Puebla.

El general Ignacio Zaragoza, al mando del ejercito mexicano compuesto de 4, mil 800 hombres, se fortificó en la ciudad de puebla para detener el avance del ejercito invasor que fue rechazado con grandes pérdidas al intentar repetidas veces tomar las fortificaciones, teniendo al fin que abandonar el campo y retirarse vencidos y perseguidos por la caballería mexicana.

La noticia del triunfo de las armas republicanas en Puebla llenó de entusiasmo a todo el país; sin embargo, si militarmente la batalla del 5 de mayo no detuvo el avance del ejercito francés; moralmente levantó a la República del concepto de desánimo y cobardía en que sus enemigos la suponían hundida.

La injusta intervención francesa despertó grandes simpatías por la causa de México en toda América y en los sectores liberales europeos; la prensa española, inglesa y francesa censuraba a Napoleón y abogaba por el retiro de las tropas invasoras.

Hay dos importantes razones en el gran significado que tuvo la batalla de Puebla por México. Por un lado, el frente unido de la población mexicana, reforzó la identidad nacional. Por otra parte, la experiencia de la invasión francesa contribuyó a definir algunos de los principios fundamentales de la política exterior de México, vigentes en las relaciones internacionales:

- El respeto por la soberanía y la integridad territorial.
- La no agresión.
- La no interferencia en los asuntos internos de otros estados - la conciliación de diferencias a través de la negociación y no a través de la fuerza, y
- la coexistencia pacifica.